15.4.12

Los tiznados



No tengo una respuesta

No una que quieras           

No una que incluya un sí te amo

Un para siempre

Un como tú nadie

Tengo este viejo cariño con encajes

Deshilachado de tanto desprecio

ya que este cariño no tiene erotismo

ni promesas desnudas

Tengo buenas intenciones

Saludos a tus padres

Incondicional apoyo en los velorios

Pero nada pasional, incontrolable

No tengo tu otra mitad

Ese jarrón que fuimos juntos no se ha roto

Pero es inservible

Lo hemos arrumbado en una esquina

Cada que pasamos cerca, sacudimos el jarrón

Pero su polvo me hace estornudar, nos da alergia

Y el jarrón ya nunca tendrá rosas frescas

Quebremos los recuerdos

Son sólo ornamentos vintage

Que nunca valdrán más de lo que nos costaron

Sin mirarte, sé que me estás mirando

Dices que me estudias con microscopio

y te digo: eso es un telescopio

Estamos tan cerca de acostarnos

como lo estamos del cielo

te reitero 

Cariño

seremos amigos hasta que la ansiedad se pase

después seremos hermanos

con la comprensión del sobre todo

cantos en la arena

ecos desahuciados

las anécdotas

son fotos maltratadas de caricias

un hueco es tu rostro

ya no recuerdo si en el fondo

de tus ojos

habitaba ese diamante que brilla y quema

cualquier retina que se quedara frente a él

como un niño sediento

contemplando el sol sin reprocharle su virtud

y su desgracia

nada queda claro en el hueco del tiempo

que no explica cuándo

se borró nuestra imagen

del pasado

quedan dos tiznados

por la brea de la experiencia que percude

cualquier rincón desprovisto de amnesia

somos dos tiznados que corrieron

detrás de un eludible destino que ahora saborean

con un gusto a palabra seca

no se encuentran por el miedo

a encontrarse una pared en el aire angosto

los nudillos dan la base

de una columna

que se estructura con los brazos

sosteniendo una torre de piedra

son los cuerpos que amurallan

la derrota

todo quieto, nada ocurre

sólo se extingue todo hasta dejar fotografías

rostros

rocas

miradas

nudillos

diamantes

dos tiznados en el polvo disuelto en siglos 
que han sido nuestros años